Combustibles 

15.11.2019

Para funcionar, el cuerpo dispone de tres "combustibles": glúcidos (azúcares), proteínas (la armadura) y lípidos (grasa). El carburante esencial son los primeros, que son degradados en glucosa. Todas las células del cuerpo necesitan glucosa; el cerebro, rector del pensamiento y el sistema nervioso central (y, por tanto, de la coordinación de los movimientos), no puede funcionar sin ella. Sin glucosa, el organismo se para. Pero el cuerpo dipone de pocas reservas: el glucógeno, que se consume en las primeras 24 horas de ayuno.

El papel principal de las proteínas no es el de carburante. El organismo las utiliza para asegurar una serie de funciones indispensables para la vida: músculos, colágeno, enzimas y otros, están constituidos por las proteínas. En caso de estrés, una parte de ellas puede ser utilizada para fabricar glucosa, con el riesgo que supone su consumo excesivo. Se entiende que la estrategia del organismo sea utilizarlas con parsimonia.

En cuanto a los lípidos, su función es ser una reserva que el cuerpo pueda utilizar a voluntad cuando los necesita; son en cierta manera, la "fiambrera" del organismo. Antiguamente, en invierno, la gente se nutría con las provisiones hechas en verano y, al quedar vacía la despensa al final de la estación fría, el cuerpo se veía obligado a utilizar sus reservas. Es por esto que la cuaresma se ponía alrededor del mes de marzo, durante este crítico período de agotamiento de las provisiones externas.

Pero...si las células consumen glucosa, ¿por qué hacer una reserva de lípidos en vez de hacerla de glúcidos? Por dos razones principales: 1º  porque al contrario de los lípidos, la glucosa necesita agua y ocupa por lo tanto un volumen superior; 2º  porque para fabricar a misma energía se necesita el doble de glúcidos que de lípidos.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar